Raliaga's Memories

Anécdotas, historias, (malos) ejemplos, referencias y chascarros.

sábado, abril 21, 2007

Soy computín, nada me sorprende

Siete y media de la mañana, suena el teléfono, es mi madre que como casi único cordón umbilical a esta alturas, me despierta todos los dias de lunes a viernes para saludarme y echar la talla.

Tengo pegados pedacitos de espuma en mi ajado chaleco, el que mi madre tejió para que usara en el año 99 y que aún uso, pese a sus olímpicos hoyos. Me desperezo como puedo y me pongo al tanto con las noticias del mundo para medio despertar, antes de que llegue Don Palpiquería en persona a suspirar diciendo "AH!, las parciales ...".

Envio un mail a mi jefe diciéndole que no soy tan chanta, que igual he estado trabajando, le digo que llegaré a las 10 A.M, pero al llegar a casa, la suavidad de unas sabanas rancias me atrapa, casi como si fueran un premio que no merezco, haciéndome despertar a las 10 A.M.

Se vaticina un dia intenso...

Llamo para recuperar a mi enferma y convaleciente Athenea, el equipo médico se deshace en respuestas.

Debo devolver un producto en una pésima tienda a lo más hoy, pues me encuentro "insatisfecho"... recuerdo que la boleta está en la Cantina (a.k.a Oficina 434, 4to piso de Blanco Encalada 2120) y corro a buscarla. Don Palpiquería ocupa mi lecho e inevitablemente comenzamos a hablar leseras, esta vez no son los principios de la nocion de abiertos, sino que el sistema de docencia universitaria.

Huyo, voy a una fotocopiadora a cumplir un encargo que nadie me pidió, me encuentro con un chiquillo con el que extrañamente viví un año de mi vida, pero que en cierto modo me traicionó...

Supongo que el tiempo cura las heridas, te perdono Warestúpida.

Subo al metro, llego a la pésima tienda, me devuelven mi dinero, llego a la pega. Entrego el encargo que nadie me pidió y con vacilación me uno a una fiesta de cumpleaños a la que quizás no deberia unirme.

Disfruto de un excelente plato de Fetuccini de Espinacas con Salsa al Pesto, infinito queso rallado e inagotable jugo naranja plátano.

Para el primero que lo pida, lo llevo a comer el mismo plato de Fetuccini, Raul se raja.

Espero poder comunicarme con la clínica para saber del estado de Athenea... nada sucede, mientras converso del principio de incertidumbre de Heisenberg aplicado a programas Java, Wario se encarga de encantar a toda la oficina de mis compañeritos de trabajo.

Va terminando la jornada, y no hay noticias de Athenea. Espero con ansias saber que puedo ir a estrecharla entre mis brazos... pero no... será hasta el lunes...

...

Sigo "trabajando", y me avisan de que mi error era algo común, un error en el motor de lo que usamos, error calificado de crítico, impacta todos los corazones de mis perplejos compañeritos de trabajo.

Alguien recuerdeme decir menos "compañeritos", aunque de todos modos nunca deje de decirlo.

Se acaba la jornada al fin, espero poder llegar a mi cantina a ver un rato quizás a Riesz-Nagy para después irme a dormir tranquilamente, pero no...

Un cómodo sillón en el barrio Bellavista, en un lugar que parece un oasis en medio del desierto, presentado gracias a los gentiles Marco, Valeria, Victor y los demás... un jugo de mango con shots de limón, un orégano en el diente y un strudel que no me dan ganas de comer...

Un viaje a un lugar que no era tan cerca como dije y una linda sorpresa que ni yo creí pudiese suceder...

Cual zombie me devuelvo a Beaucheflandia, trato de no azotarme en las murallas de las calles fruto del embriagamiento, busco desesperadamente como niño asustado una instancia para creer que esto no es cierto.

Me tomo dos cervezas, en un ambiente en el que no quiero estar...

Me da lo mismo si es verdad o fantasía, dicen que la candidez de un niño es valiosa i wea.

Quiero por esta noche, volver a ser un niño y jugar a hacer castillos de arena en la playa, aunque el mar o la torpeza de mis pasos lo derrumbe.

Pues se que esta noche, me iré a dormir con una tremenda sonrisa en mi rostro.

Si, estoy sorprendido.